El baúl de los recuerdos o aquello que no (siempre) digo
No recuerdo del todo bien cuándo comencé a escribir. De pequeña quizás, algunos relatos más o menos cortos, algún poema de cuando en cuando. Me gustaba crear historias; me pasaba el día, a veces, más en mi propio mundo que en el exterior, fuera de él. Ahora ese mundo externo me ha puesto un poco más las manos encima, supongo. Pero no he dejado de imaginar historias, situaciones más o menos inverosímiles, a ratos.
He llegado, incluso, a preguntarme en alguna ocasión si
esta costumbre, este rasgo mío del soñar despierta, no me convertiría en una
persona neurodivergente. Pero eso es otro tema.
El caso es que con el paso del tiempo acabé dándome
cuenta de que escribir era la mejor forma de expresarme. La mía, la que más me
representaba. Ni dibujar, ni tampoco tocar algún que otro instrumento musical.
Escribir, aunque no soy una escritora constante, me ayuda a volcar hacia fuera
cosas que necesito sacarme de dentro para estar en paz. Escribir me ayuda a
dibujar la realidad, de algún modo, con pinceladas de palabras y con ese
pigmento de todas las cosas que me han pasado alguna vez. La realidad tiende
quizás a superar a la ficción, dicen.
En todo caso, aunque lo que más me gusta leer es novelas,
nunca he acabado de considerar que la narrativa se me diera bien para
escribirla y crearla yo. La verosimilitud no es lo mío. Por eso, de un tiempo a
esta parte me ha dado por escribir textos más breves, y más líricos. Experiencias
personales contadas de modo literario (¿qué mejor materia creativa que esa?),
cartas diversas, reflexiones introspectivas como buena introvertida, pequeños
intentos de prosas poéticas. Todos ellos lugares donde la realidad y la ficción
se dan la mano.
Hay mucho de ello que he ido escribiendo, para mis redes
sociales o simplemente como pequeño ejercicio creativo personal, antes de que
este blog viera la luz en septiembre de 2023. Todo ello irá agrupado bajo esta
etiqueta, Días antiguos, presumiblemente en combinación con otras en la
mayoría de los casos.
Es estimulante la idea de que el blog tenga una etiqueta
de sabor tolkieniano. Aunque mis días antiguos, por supuesto, no estén hechos
de hazañas, de grandes reyes o de salones majestuosos de piedra.
(Bueno, según se mire. ¿No?)
La lista de entradas agrupadas con esta etiqueta puede
consultarse aquí.
Me ha encantado, mientras más leo, más me gusta. No pares de escribir 💋
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